¿Comprar o alquilar? El dilema de la primera vivienda
No cabe duda de que la decisión más trascendental en la vida económica de una persona o pareja es la adquisición de una vivienda. Esta adquisición, con el tiempo, se convierte en patrimonio familiar o puede ser un vehículo financiero de inversión.
Este artículo va dirigido a quienes han contemplado la posibilidad de adquirir una solución habitacional.
¿Cuáles condiciones se pueden presentar para optar por una vivienda?
Iniciemos este recorrido orientador.
Hay diversas formas por dónde empezar, pero queremos hacerlo por la más común: la pareja. A esta la dividiremos en dos: matrimonios estables y recién casados.
Matrimonio estable
Las parejas con matrimonios consolidados e hijos, regularmente piensan en tener una vivienda propia.
Los matrimonios estables ven la vivienda como un bien que les garantizará seguridad luego que los hijos se hayan marchado de la casa.
¿Cuáles aspectos deben ser tomados en consideración por este tipo de familia?
El tipo de vivienda que desean adquirir (apartamento, casa unifamiliar, etc.).
Características de la vivienda (número de habitaciones, baños, cantidad de parqueos, sector donde se ubica la vivienda, entre otros).
Precio de la vivienda. Aquí se debe considerar si es vivienda nueva en pre-venta, nueva terminada o usada.
Facilidades externas (acceso vial, a farmacias, supermercados, estaciones de combustibles, colegios, universidades, centros comerciales y demás).
Condiciones de la compra. Si será a crédito o con los ahorros realizados durante años.
En el caso del financiamiento se toma en cuenta:
Edad de los adquirientes. Un préstamo puede definir sus condiciones por esta variable.
Estado de salud de los adquirientes.
Contextos laborales actuales de los compradores.
Estatus crediticio de ambos, por tratarse de un bien familiar.
Monto inicial para la compra. En este caso se recomienda:
Tener un 20% de inicial.
80% de financiamiento para capital.
De 15 a 20 años de plazo.
Tomen en consideración que el préstamo para viviendas conlleva un costo de seguro del inmueble que se refleja dentro de la cuota del préstamo.
Respecto al tiempo del préstamo, es importante sopesar que, a mayor tiempo, el costo financiero será mayor.
Algunas personas optan por financiar a largo plazo para poder tener cuotas más bajas y así cumplir el compromiso. Sin embargo, hay alternativas con relación a las cuotas. Aquí les presentamos algunas de ellas:
Flexi-cuotas: consiste en dividir en partes el monto del capital, para generar pagos anuales que amortizarían el préstamo más rápido.
Ejemplo: Si el capital a financiar es RD$1,200,000, puede optar por colocar en cuotas flexibles RD$200,000 que se dividirían en la cantidad de años de vigencia del préstamo. Si tiene el préstamo a 20 años, se dividen los RD$200,000 entre 20 y eso generará la cuota anual.
Pagos extraordinarios: a diferencia de los pagos complementarios, ustedes pagan su cuota mensual normal y cada cierto tiempo, en acuerdo con su entidad financiera, pueden hacer abonos al capital.
Es importante saber a partir de qué momento pueden hacer abonos al capital, pues hay instituciones financieras que penalizan al deudor por hacer avances en los pagos a sus préstamos.
Recuerden que los primeros años de un préstamo hipotecario, lo que más rápido se amortiza son los intereses que cobra la entidad financiera al deudor.
Observaciones:
Los matrimonios jóvenes tienen la oportunidad de ir creando una buena reserva de dinero e incluso, optar por inversiones, antes de embarcarse en el proyecto de adquirir una vivienda.