¿Cómo organizar las finanzas del hogar?

Hacer un presupuesto: El presupuesto es la herramienta de control más efectiva para manejar los ingresos. En él se refleja nuestra realidad económica, y nos permite asignar partidas para el ahorro, pago de deudas, gastos y posibles inversiones.

Planificar: Establecer objetivos financieros comunes como familia y definir metas a corto, mediano y largo plazo.

Ahorrar: “El que ahorra no quiebra”. Muchas personas piensan que para ahorrar se necesitan grandes ingresos. Falso. El ahorro demuestra disciplina financiera.

Debemos desarrollar actitudes de buen ahorrador, lo cual mejora nuestra relación con el dinero y le da sentido a nuestras decisiones.

Plan de gastos: ¿Por qué tener un plan de gastos si ya hay presupuesto? Porque el plan de gastos permite evaluar, en tiempo real, cómo estamos ejecutando ese presupuesto. Es la parte operativa de la planificación.

Definir tareas financieras: Cada miembro del hogar (incluso quienes no generan ingresos) debe asumir compromisos dentro de la economía familiar. Asignar responsabilidades ayuda a cumplir con las obligaciones mensuales.

Cuenta común: Tener una cuenta conjunta fortalece el compromiso financiero del hogar.

Complementariedad financiera de la pareja: Conocer la relación que cada uno tiene con el dinero facilita la comprensión mutua y la toma de decisiones financieras compartidas.

Separar gastos personales de los del hogar: No se debe comprometer el presupuesto familiar para cubrir gastos individuales. De ahí la importancia de un presupuesto familiar claro.

Actitud prudente: La calidad de vida depende de la calidad del gasto, no de cuánto se gasta. Ser austero es priorizar, no privarse innecesariamente.

Claves para comenzar el orden financiero en el hogar:

  • Hacer un presupuesto: El presupuesto es la herramienta de control más efectiva para manejar los ingresos. En él se refleja nuestra realidad económica, y nos permite asignar partidas para el ahorro, pago de deudas, gastos y posibles inversiones.

  • Planificar: Establecer objetivos financieros comunes como familia y definir metas a corto, mediano y largo plazo.

  • Ahorrar: “El que ahorra no quiebra”. Muchas personas piensan que para ahorrar se necesitan grandes ingresos. Falso. El ahorro demuestra disciplina financiera.

  • Debemos desarrollar actitudes de buen ahorrador, lo cual mejora nuestra relación con el dinero y le da sentido a nuestras decisiones.

  • Plan de gastos: ¿Por qué tener un plan de gastos si ya hay presupuesto? Porque el plan de gastos permite evaluar, en tiempo real, cómo estamos ejecutando ese presupuesto. Es la parte operativa de la planificación.

  • Definir tareas financieras: Cada miembro del hogar (incluso quienes no generan ingresos) debe asumir compromisos dentro de la economía familiar. Asignar responsabilidades ayuda a cumplir con las obligaciones mensuales.

  • Cuenta común: Tener una cuenta conjunta fortalece el compromiso financiero del hogar.

  • Complementariedad financiera de la pareja: Conocer la relación que cada uno tiene con el dinero facilita la comprensión mutua y la toma de decisiones financieras compartidas.

  • Separar gastos personales de los del hogar: No se debe comprometer el presupuesto familiar para cubrir gastos individuales. De ahí la importancia de un presupuesto familiar claro.

  • Actitud prudente: La calidad de vida depende de la calidad del gasto, no de cuánto se gasta. Ser austero es priorizar, no privarse innecesariamente.

Rol de los hijos en las finanzas familiares

Un tema de gran relevancia es el papel que juegan los hijos en la dinámica financiera del hogar.
 Algunas personas creen que no se debe hablar de dinero con los niños, pues “no lo entenderían”. Falso. A partir de los seis años se les puede comenzar a orientar sobre el impacto de las decisiones de consumo.

Por eso, desde el rol de padres, compartimos estas recomendaciones para formar una buena conciencia financiera en los hijos:

  • Asignar roles financieros a cada miembro. Hay que explicarles que cada decisión económica tiene una razón.

  • Los hijos aprenden con el ejemplo. Si ven padres que derrochan, harán lo mismo. Si ven padres que ahorran, también lo imitarán.

  • Escuchar sus opiniones. A veces les compramos cosas sin saber si realmente las desean.

  • Enseñar que ahorrar permite mejores compras futuras. Fijar metas y explicarles cómo el ahorro puede ayudar a lograrlas.

  • Mostrar que las finanzas requieren tiempo.

  • Explicar el valor del dinero y el esfuerzo que implica obtenerlo.

  • Fomentar la generosidad. Enseñarles a compartir los ayuda a no depender de lo material.

  • Mantener el equilibrio. Evitar criarlos en la creencia de una escasez permanente o de una abundancia infinita. Lo mejor es enseñar a manejar los deseos con base en la realidad.

Si queremos hijos financieramente sanos, debemos empezar desde el hogar. Conversar sobre dinero no es complicado. ¡Comencemos hoy!

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